viernes, 26 de noviembre de 2010


Aprendí a levantar la cabeza cuando sentí odio y aprendí a llorar cuando me di cuenta de que no valió la pena. Aprendi a reír cuando soñé con tu sonrisa. Aprendí a recordar cuando entendí que todo vale la pena. Aprendí que no termina, que cambia de forma. Aprendí que se puede amar eternamente y aprendí que si compito contra el tiempo, siempre pierdo. Aprendí que nada es tan malo y que me gusta caminar en una carrera. Aprendí que hay que rodear y llegar al otro lado para darse cuenta de que siempre es lo mismo. Aprendí que los amores eternos pueden terminar en una noche, que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos. Aprendí que el amor no tiene la fuerza que imagine. Aprendi que nunca conocemos a una persona de verdad, que todavía no inventaron nada mejor que el abrazo de mama. Aprendí que el nunca mas, nunca se cumple y que el para siempre, siempre termina. Aprendi que el que quiere puede y lo consigue. Aprendí que a veces el que arriesga no pierde nada y que perdiendo también se gana.