domingo, 3 de abril de 2011

Aprendí que los amores "eternos" pueden terminar en una noche.
Que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos.
Que nunca conocemos a una persona de verdad.
Que todavía no inventaron nada mejor que el abrazo de Mamá.
Que el "nunca más" nunca se cumple y que el "para siempre", siempre termina.